En la historia y costumbres del estado Táchira encontramos diversas manifestaciones artesanales, gastronómicas, musicales, leyendas, bailes típicos, personajes y otros, dando a conocer lo tradicional que sentó sus raíces en el pueblo Tachirense, legado dejado por los antiguos pobladores.
La cerámica, artesanía, tejidos y la cestería son expresiones importantes del Táchira, su práctica es muy antigua y las técnicas se han transmitido de generación en generación. Son aportes que representan y constituyen nuestra idiosincrasia.
Ésta se desarrolla en la comunidad deEl Abejal de Palmira, en el municipio Guásimos, es para el pueblo su modo principal de vida. Allí se fabrican cestas, barro, gres, sombreros, hamacas, cunas y otros. Todas son elaboradas a mano, utilizando como materia prima para la cestería y sombreros la caña amarga, llamada “lata”. Emplean para su procesamiento diferentes técnicas de trenzado y moldeado, lo han aprendido viendo diariamente a sus padres y abuelos, técnicas que se han heredado de generación en generación. Uno de los atractivos que no se puede dejar de mencionar son los mercados, allí podrá encontrar una gran variedad de piezas artesanales. Entre ellos tenemos el Mercado Municipal de Capacho, uno de los más emblemáticos del Táchira por su edificación, diseño arquitectónico al estilo francés, sus dos leones traídos de Francia y sus particulares ventas de frutas, verduras, hortalizas cultivadas por ellos mismos. Fue construido en 1907, durante el gobierno de Cipriano Castro como un reconocimiento al pueblo Capachense por el apoyo brindado al inicio de la Revolución Liberal Restauradora.
El repertorio de la música del pueblo tachirense es variado, abundante y tiene piezas únicas que no se comparan con el estilo de los demás estados. Éstas piezas y las que corresponden al género de música bailable antigua pertenecen al tipo venezolano denominado “golpe”, cuyas características principales son estructuras de reducidas dimensiones, armonía elemental y repeticiones más o menos variadas. Entre los bailes típicos se encuentran: La Guaracha , El Chorote, la Perra Baya , El Machete Pando, El Pato Bombeao y El Maracayao entre otros.
El Táchira tradicionalmente se ha caracterizado por mantener la fe cristiana como arraigo de sus antepasados. En cada uno de sus pueblos se encuentran hermosas, capillas e iglesias de gran belleza arquitectónica; junto a la celebración de las fiestas en honor a su Santo Patrono, se celebran en distintos meses. En nuestro Estado se mantiene viva en toda su expresión las manifestaciones culturales, giran alrededor de la religión católica como base fundamental de su tradición y generan actividades de gran colorido y estilo.
En todo el estado se realizan actividades, se manifiesta la fe cristiana y la devoción por la semana mayor: las escenificaciones del viacrucis, el lavatorio de los pies, las siete palabras y el día de resurrección o canto de aleluya, todas éstas, con la ferviente participación de la población tachirense. Entre las manifestaciones religiosas más relevantes y de mayor arraigo se encuentran:
Se cuenta que dos religiosos agustinos salieron a predicar al valle del Tórbes donde vivían los indígenas Táribas, llevando entre sus pertenencias una tabla con la imagen de la Virgen de la Consolación. Cuando llegaron al río, éste sonaba a crecida. Buscando el sitio apropiado para pasar al otro lado, tomaron una caña y atando la tablilla que resplandecía con luz suave logran así alcanzar la otra orilla; al llegar a la meseta clavaron la caña con la tabla y allí, construyeron una capilla, comenzando así la evangelización de los Táriba. Estos indígenas nobles, pronto conocieron la religión cristiana. Varios años después los indígenas Capachos y Guásimos los atacaron y los misioneros le entregaron la tabla a una aborigen cristiana que la resguardó. Al transcurrir el tiempo se borró la imagen y fue guardada en una despensa. Una tarde jugaban los hermanos Zamora y fueron a la despensa a buscar una tabla, tomaron la tabla que una vez tuvo la imagen de la virgen y trataron de quebrarla dándole golpes que hacia salir de ella ruidos extraños, llamó la atención de la señora Zamora quién la guardó nuevamente en la despensa. Al pasar los días observaron un resplandor y para sorpresa, éste provenía de la tabla que tomaba la imagen de la Virgen con vivos colores. Todos gritaron con admiración “Milagro, Milagro”. La Basílica de Táriba se encuentra el retablo que hasta la fecha mantiene su imagen que tomó el rostro de una indígena y se puede contemplar como centro de devoción en su altar mayor. Desde los Frailes Agustinos hasta nuestros días, funge como una imagen inmaculada para todos sus fieles. Se venera a María Santísima bajo la advocación de la Virgen de la Consolación de Táriba y es cada 15 de agosto cuando los fieles de todo el país se acercan a cumplir sus promesas, elevar oraciones y dar gracias por los favores recibidos. Junto a la Basílica se encuentra el Museo de la Virgen, se puede observar gran cantidad de ofrendas, es símbolo por el pago de promesas de sus fieles devotos que siempre la visitan.
Está ubicada frente a la plaza Juan Maldonado donde nació la ciudad de San Cristóbal, su estilo es neocolonial, allí reposan los restos de los obispos: San Miguel, Fernández Feo III y Marco Tulio IV. En medio de su silencio se venera el Cristo del Limoncito, guardián de la ciudad. Varios devotos: hombres, mujeres y niños, permanecen arrodillados al pie de la imagen. También se puede observar la escultura de San Sebastián, patrono de la feria de la ciudad que lleva su nombre.
Es el tiempo de asomarse por las ventanas de esas viejas casonas que aún quedan, ver como un prodigio de texturas y tonos dan colorido al pesebre; lleno de ovejitas y pastores que le hacen compañía al niño Jesús, María y José. La época navideña en el Táchira es también tiempo de degustar los mejores ponches salidos del viejo recetario; de rezar la novena al niño desde el 16 hasta el 24 y asistir en esas fechas a las 9 misas de aguinaldo, madrugadora fiesta de ésta tierra. Quizás de todas las tradiciones la más popular y apreciada por el pueblo desde tiempos inmemoriales, es el “Año Viejo” y el “Toro Candela”
Entra diciembre, se puede sentir por el estruendo de la pólvora y las gaitas que acompañan a la familia en la tradición gastronómica de hacer hallacas. Tiempo de brindis, buenos deseos, abrazos, estrenos y hermandad. La más importante fiesta popular tachirense, es sin duda alguna la navidad. Distintas manifestaciones encuentran cabida en ella desde aquella que tiene como centro el hogar, hasta las más callejeras y tumultuosas. Los festejos pueden considerarse en dos grupos, aquellos que se realizan antes del 24 y después. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:
A partir del día 16 de diciembre comienza la celebración de las misas de aguinaldo; bien tempranito los feligreses se dirigen a las diferentes iglesias a conmemorar el nacimiento del niño Jesús. La última se realiza el 24 a las 12 de la noche, mejor conocida como “Misa de Gallo”. Entre las actividades tradicionales que giran a su alrededor están los morteros y demás fuegos de pirotécnica día y noche; caravanas acompañadas de comparsas, banda con música, pólvora y disfraces. En Palmira hay mucho entusiasmo durante esos días, con hombres vestidos con trajes estrafalarios.
Concluido el paseo por las calles, la animación renace por la noche en la plaza del pueblo con retretas, músicos populares, juegos como el toro candela y las bolas de fuego. Cada pueblo del Táchira posee sus grupos musicales con características propias, animan con su música y letra la época decembrina con sus pegajosas composiciones.
Es el núcleo material y espiritual de las costumbres de ese tiempo. No hay una casa tachirense que no tenga su pesebre en los días de navidad, humildes en su mayoría, otros ricos y llenos de luces, que representan la tradición familiar estampada en cada pesebre, algunos con lo más representativo de cada pueblo. Cada pesebre es el símbolo de la fe de sus nativos y un homenaje al salvador.
La Mayor parte de los cantos recogidos que se vinculan con festejos religiosos son los de navidad. Ésta importante festividad la celebra el pueblo entonando villancicos, romances y otros cantos, según lo que se está celebrando. Los abuelos dicen para su época llevaba el nombre de “Cantos de Noche Buena” o “Canto de Navidad”.